Tú fuiste, lo cercano en lo remoto.
Y llenaste de ti todos los huecos que
en mi solitaria vida se fueron formando.
Vacíos que desconocían que era el amor.
De como era la felicidad.
De como era la felicidad.
Entraste en mí, como la primavera.
Que fué explosión de color, de aromas,
de amor, de vida nueva...
Penetró en mí tu sed nunca satisfecha,
tu perpetua búsqueda de lo que no se encuentra,
de la belleza, del amor, de lo sublime.
Nunca creí poder enamorarme.
Yo tuve el amor como si no existiera.
Como algo ajeno a mi, a mi persona.
Como si enamorarse no estuviera hecho para mi.
Como si yo no supiera amar...No
pudiera dar amor y no lo sintiera.
Y de pronto!
cuando apareciste Tú en mí,
en mi vida y me amaste...Nació tan rápido
el amor dentro de mí... Creció tan grande,
tan fuerte, tan maravilloso
que no respiraba, ni dormía, ni vivía.
Sólo sabía Amar...Y eso hacía,
Amar...
Y desde ese momento
Sólo te amaba a tí, sólo a tu cuerpo
y sólo vivía, para tus besos,
sólo para tu amor, sólo para tus sueños.
Para vivir en tí, y en ti morir.
Sólo eso...
Fuensanta Nicolás
27/5/2014.
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